Es más que un objeto o un aparato. Acompaña, guía el comportamiento, entretiene, informa y educa. También sirve de niñera. Nos muestra al mundo que nos presentan, como próximo o lejano, real o de fábula. Es más que la mejor amiga, es tan importante en nuestro bienestar, que no podemos prescindir de ella ni un solo día.
Elizabeth Genesca M.
La televisión (TV), es un sistema de telecomunicación por excelencia, un medio artificial para la transmisión y recepción de imágenes y sonidos a distancia, que produce cultura local y global, es un símbolo y un valor indiscutible de la industria cultural de consumo masivo.
En Venezuela y en Estados Unidos, la televisión ocupa un lugar privilegiado en los hogares. Para esa mayoría es la compañía que sustituye a otras actividades, desde intelectuales y recreativas, hasta conversaciones con familiares, amigos, vecinos y conocidos. Fascina a los niños, sustituye la debida vigilancia o cuidado de sus adultos, sirve a los padres o representantes, para premiarlos y castigarlos.
No siempre hay que permanecer frente a su pantalla, se puede tener el televisor prendido, para sentirse acompañados. De la misma manera, que se prenden las luces al llegar a la casa, se prende el televisor. Es como un fondo, que impregna lo visual y auditivo. La gente no solo ve la televisión, sino observa, lee, mira de reojo, escucha, se embebe, ignora, omite y discute. El promedio de tiempo, que el televisor permanece prendido en los hogares de Estados Unidos, es de seis horas diarias. En Venezuela, el 80% se expone a la televisión diariamente, más del 70% la considera el entretenimiento de la familia y en ese mismo porcentaje, también la califican como una compañía. En orden de importancia, en Venezuela los tipos de programación que más se ven son: noticieros (89%); telenovelas (64%); programas cómicos (61%); programas de opinión (49%); dibujos animados (39%); video-clips (34%); programas infantiles (33%); teleseries (30%); programación deportiva (29%); espectáculos musicales (22%).
La TV forma parte de la cotidianidad de la gente, de ese espacio que copa la existencia, de lo vivido y sufrido, de lo que construyen o no, de la rutina de practicar y reformular la personalidad y su entorno. Allí está presente un medio de comunicación masiva, que trasciende el aparato de la educación formal, que la ha desplazado por mecanismos mediáticos dentro de la cultura de masas. Esta cotidianidad mediática, nos habla del día a día que copa el tiempo libre de la gente y constituye un paisaje cultural distinto al de otros tiempos y que sigue cambiando con el tiempo. Con ella, van construyéndose nuevas realidades complejas y múltiples que van transformando seriamente el papel de la educación formal, porque a partir de esa injerencia de la televisión, en la cotidianidad se han estado gestando hondas transformaciones en la cultura, que ya se han arraigado en el contexto de las mayorías, especialmente de los niños y jóvenes.
Tan importantes son las transformaciones socio culturales que ha logrado la TV, de las que aún no se ha podido medir su alcance, que muchos profesionales en variadas disciplinas, han analizado y siguen estudiando los efectos y transformaciones que sobre el comportamiento humano, sus creencias, valores, actitudes, necesidades ocasionan las trasmisiones de la televisión. Parece que la mayoría, por lo menos la venezolana y seguramente la latinoamericana, esta accediendo a la modernidad, no de la mano del proyecto ilustrado o del libro, sino desde los formatos y los géneros culturales de lo audiovisual, de la televisión.
Ese poder desafiante y contradictorio de la televisión, que por lo masivo ha podido lograr lo imposible: la desactivación de las diferencias sociales y con ello, la integración ideológica con la presencia de una matriz cultural, fue creando una tensión entre el mecanismo integrador y el juego de intereses comerciales, que ha justificado y sigue justificando que a la hora de pensar las políticas culturales no se incluya a la televisión. Porque la consideran, no como un asunto de cultura sino de comunicación. Pero guste o no, la televisión es la noción misma de la cultura. Sin embargo, la significación social, se está modificando, precisamente, por falta de calidad de lo que se produce en la TV. Su consumo masivo se ha ido repartiendo en géneros. Como cuando se va al cine, que se escoge un film policíaco, de ciencia ficción, romántico, de aventuras, del mismo modo la dinámica cultural de la televisión está actuando por géneros. Asi se ha venido diferenciando la competencia cultural y otros tipos sociales.
Mafalda es el nombre de una historieta argentina creada por Quino en 1964, cuyo personaje principal es una niña de clase media argentina con una particular visión del mundo.
"Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo… Después, ¡es el mundo el que lo cambia a uno!" Quino
“¿No será acaso que ésta vida moderna está teniendo más de moderna que de vida?”. Mafalda
"Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo… Después, ¡es el mundo el que lo cambia a uno!" Quino